- ¿Cree usted en los fantasmas? -y desapareció.
-¿Será un personaje de algún cuadro? -me pregunté. Pero entonces me asusté mucho y me fui a la sala XVIII, allí vi una sombra detrás de una tumba de una momia. Corrí y corrí hasta la cafetería y ya estaba cerrando y le pregunté al señor:
-Perdone usted, pero tengo mucha sed. El señor me dijo :
-A estas horas no tendrías que estar por aquí muchacho o te cogerán.
De pronto el señor desapareció y escuché: ¡cogedlo todo! Me asusté tanto que me fui corriendo. LLegué a la biblioteca del museo. Encontré que en el año 1874 había sido un cementerio budista.
Oí un ruido en el interior de un cuadro. Había un tubo y lo recorrí y de pronto se oía música.
Me asomé para ver qué había y eran los fantasmas que estaban de fiesta y me dijeron: Uhhh... ÚNETE, ÚNETE!! La fiesta estuvo muy bien, allí me encontré al hombre de la cafetería y le pregunté por qué usted me dijo que no tenía que esta allí a esas horas y me contestó: hombre porque había una fiesta de fantasmas, y resultó que eran hombres y mujeres disfrazados, pero, para mí que algo raro e inexplicable sucedía allí.
KARIM 1ºC
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